De juegos y jugadores

El juego es un espacio de construcción. Construcción de conocimiento, pero también de subjetividad. A partir del juego los niños pueden elaborar situaciones que le resultan angustiantes o traumáticas, recreando activamente lo vivido en forma pasiva. De esta forma, logran controlar su entorno, conocerlo y aprehenderlo. Es una transformación creadora y el factor básico de su desarrollo, por lo que jugar es una actividad seria e importante con sentido en sí misma, que puede enriquecerse con recursos enseñados.

Por eso creemos y defendemos la idea de que a jugar se aprende y se aprende jugando.

Juegos y jugadores
Según la edad, hay ciertas preferencias en cuanto a la elección de los juegos. Aunque no son más que parámetros, que pueden variar de un niño a otro: No hay juegos de “chiquitos” y de “grandes”, como tampoco hay juegos “de nenas” o “de varones”. Sí existen niveles de complejidad en los juegos: un niño con experiencia como jugador elige juegos cada vez más complejos, a medida que va dominando más recursos y estrategias de juego.

Juegos y más juegos
Si nos centramos en la finalidad del juego, encontraremos que existen juegos de
diversos tipos: juegos de roles (el jugador elabora un personaje), juegos de reglas
(preimpresas junto al juego o inventadas por los jugadores), juegos motores (el cuerpo
en movimiento como fin), son sólo algunos ejemplos.

¿Hay un tiempo de jugar?
Creemos que sí. Es necesario crear un espacio, tanto material como temporal, para jugar. Dedicar un tiempo establecido para compartir un juego en familia, con otros, solos… Jugar para divertirse, para vincularse, para mirarse. Jugar por jugar.

Pocos juguetes, muchas posibilidades
¿Son necesarios los juguetes? Depende para qué… y qué juguetes. Regla de oro: pocos, pero que sirvan para muchas cosas. Un juguete flexible, no estructurado, permite que el jugador le atribuya el significado que su creatividad y su juego demanden, pudiendo adaptarlo según las necesidades del jugador. Un trozo de madera hoy puede ser un teléfono, mañana el techo de una casa y pasado una balsa. Al elegir juguetes desestructurados la imaginación cobra vida, toma vuelo. Cuanto más estructurado es un juguete, menos hay de jugador puesto en el juego. El juego está armado desde afuera, el jugador se torna más pasivo y menos autor. Objetos no convencionales se transforman en juguetes, entonces los “verdaderos” juguetes ya no son tan necesarios. Es la magia del jugar, lo que es puede no ser, y lo que no es, serlo.

#yojuego

Contactanos

Dejanos tu consulta y te responderemos en breve.
Los turnos se dan únicamente por vía telefónica

Espacio EnLápiz

Tucumán 3839, Palermo, CABA ( Próximamente )

info@enlapiz.com.ar